viernes, 25 de noviembre de 2011


La actividad física, clave en el deterioro cognitivo

R. Ibarra

(Extraído de ABC edición digital martes 19 de julio de 2011)


¿Podemos prevenir el deterioro cognitivo asociado a la vejez o al Alzheimer? Desde hace años se investiga en la relación entre la actividad física y el Alzheimer. Ahora, con motivo de la Conferencia de la Asociación de Alzheimer Internacional sobre la Enfermedad de Alzheimer que se celebra en París (Francia), tres trabajos parecen confirmar los efectos beneficios del ejercicio físico en la prevención del deterioro cognitivo, algo que podría evitar en un futuro muchos casos de Alzheimer.

Tres trabajos parecen confirmar los efectos beneficios del ejercicio físico en la prevención del deterioro cognitivo

Más de la mitad de los casos de Alzheimer se podrían evitar mediante cambios en el estilo de vida y con el tratamiento o la prevención de enfermedades crónicas, según el estudio dirigido por Deborah Barnes, del Centro Médico de Veteranos de San Francisco (EE.UU.), cuyo trabajo se publica en The Lancet Neurology.

Tras analizar los datos de investigaciones realizadas en todo el mundo con cientos de miles de participantes, Barnes ha llegado a la conclusión de que los principales factores de riesgo modificables para la enfermedad de Alzheimer en todo el mundo, son, en orden descendente: el bajo nivel de educación, el tabaquismo, la inactividad física, la depresión, la hipertensión, la diabetes y la obesidad. En EE.UU., explica Barnes, los principales factores de riesgo modificables son: la inactividad física, la depresión, el tabaquismo, la hipertensión de la mediana edad, la obesidad, el bajo nivel educativo y la diabetes.

Según la investigadora, estos factores de riesgo están asociados con el 51% de los casos de Alzheimer en todo el mundo (17,2 millones de casos) y hasta 54% de los casos de Alzheimer en EE.UU. (2,9 millones). "Lo que es interesante es que esto sugiere que determinados cambios de estilo de vida muy simples, como aumentar la actividad física y dejar de fumar, podrían tener un tremendo impacto en la prevención de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias en todo el mundo", señala Barnes, que ha presentado los resultados del estudio en la Conferencia de la Asociación de Alzheimer Internacional sobre la Enfermedad de Alzheimer que se celebra en París (Francia).

"Lo que es interesante es que esto sugiere que determinados cambios de estilo de vida muy simples, como aumentar la actividad física y dejar de fumar, podrían tener un tremendo impacto en la prevención de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias en todo el mundo"

Relación causal
Sin embargo, Barnes advirtió que sus conclusiones se basan en la suposición de que existe una asociación causal entre cada factor de riesgo y la enfermedad de Alzheimer. "Estamos asumiendo que cuando se cambia un factor de riesgo, entonces se cambia el riesgo. Lo que tenemos que hacer ahora es averiguar si esta suposición es correcta".

Se calcula que el número de personas con enfermedad de Alzheimer se triplicará en los próximos 40 años. "Sería muy importante si pudiéramos encontrar la manera de evitar algunos de estos casos", afirma Kristine Yaffe, autora del trabajo.

Se calcula que el número de personas con enfermedad de Alzheimer se triplicará en los próximos 40 años


Ejercicio físico
Hacia la misma dirección apunta dos trabajos que se publican hoy en Archives of Internal Medicine, coincidiendo con la conferencia de Alzheimer en París, que señalan que la actividad física regular se asocia con una menor disminución en la función cognitiva en las personas mayores.

La actividad física regular se asocia con una menor disminución en la función cognitiva en las personas mayores



Cerebro y Envejecimiento

En un comentario que acompaña los artículos, Eric B. Larson, del Instituto de Investigación de Seattle (EE.UU.), señala que estos estudios sirven para "reforzar la creciente evidencia de que la actividad física habitual y la condición física están asociadas con los cambios cognitivos relacionados con la edad y con el riesgo de demencia". La principal conclusión del estudio Vercambre, explica, "es que las mujeres mayores con altos niveles de riesgo vascular constituyen un importante grupo de riesgo y que dicho riesgo vascular está relacionado con el deterioro cognitivo". En cuanto al trabajo de Middleton, Larson considera que "el hecho de que en el estudio se utilizó una medida validada de gasto energético hace que los resultados tengan una gran mayor importancia". Este tipo de investigación, afirma, es cada vez más necesaria a medida que envejece la población.

La actividad física habitual y la condición física están asociadas con los cambios cognitivos relacionados con la edad y con el riesgo de demencia

En este contexto, Larson sugiere que artículos como éstos "ponen de relieve un cambio gradual pero constante en el pensamiento actual sobre los factores de riesgo para las demencias asociadas al envejecimiento. En su opinión, si se pueden modificar factores de riesgo vascular como la actividad física estamos ante un forma sencilla de reducir la incidencia del deterioro cognitivo entre las persona mayores. Podemos decir que el mantenimiento continuo de la actividad física es beneficioso desde el punto de vista cognitivo".